Luis Polo del Campo (1909-1991) fue un pintor que perteneció a la floreciente generación de artistas montañeses a los que la Guerra Civil sorprendió en pleno desarrollo intelectual y creativo. Nació en Cóbreces, aunque pasó la mayor parte de su vida en Santander, ciudad a la que se sintió siempre muy ligado.
La vocación artística se le despertó muy pronto gracias a la observación y a los buenos consejos de su padre, Luis Polo Martínez-Conde, acreditado paisajista a quién solía acompañar de niño en sus paseos y excursiones pictóricas.
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"Bahía de Santander, 1925, con el brik alemán Pekín. Escuela de oficiales mercantes". AUTOR LUIS POLO MARTÍNEZ-CONDE. COL. LUIS POLO. |
Desde muy joven participó en exposiciones (la primera "Santander antiguo", en 1926) y formó parte del movimiento artístico que representaba por entonces la modernidad en Santander, junto a otros autores y artistas de su generación, como José Hierro, Juan Antonio Acha Pellón, Justo Colongues, José Luis Hidalgo, Antonio Quirós y otros.
Trabajó asiduamente bajo la técnica del gouache, a caballo entre la pintura y el dibujo de ilustración, entre la caricatura y el cartelismo, campos todos ellos adecuados para la investigación y la renovación de la imagen, que era lo que siempre le atrajo. Fue un autor prolífico que también cultivó la escenografía, en la que llegó a ser uno de los creadores más destacados de su época, junto a Santiago Ontañon.
De 1933 a 1959 trabajó en la sección de artes plásticas del Ateneo de Santander, institución ésta de la que años después llegaría a ser director.
Fue un apasionado del mar, por lo que son numerosos los cuadros que dedicó a escenas marítimas o protagonizadas por gentes de la mar en situaciones cotidianas. Entre los más conocidos figuran: "La taberna del puerto" (1931), "Marinos en la casa de citas" (1938), "Niebla en el puerto" (1946) y otros posteriores.
Esta pasión le llevó también a ser muy aficionado de los deportes náuticos y solía participar en los concursos que se convocaban en Santander sobre carteles de regatas, de los que se conservan varios ejemplos. La imagen que abre este artículo es uno de ellos.
Está fechada en 1944, año en que comienzan a tener mucha repercusión los triunfos de la Sociedad Deportiva de Remo Pedreña, con su victoria en el primer Campeonato de España de traineras.
Esta obra parece que hubiera sido concebida como un divertimento personal, pues elaborada con la técnica de un cartel de regatas, no consta que hubiera sido presentada a ningún concurso, ni tampoco que hubiera sido encargada.
Su estado de conservación es bueno, pero las dimensiones actuales del cartel (0,49 m. x 0,46 m.) no coinciden con su tamaño original. Por distintos imponderables se perdió la parte inferior del mismo (unos 0,20 m.) donde figuraban varias frases más, se supone que alusivas al acontecimiento que se pretendía anunciar con él. Sin embargo, ninguna de estas circunstancias reduce el valor sentimental que atesora para los seguidores de la SDR Pedreña.
La obra es muy sencilla y está realizada sobre papel, utilizando la técnica del gouache, con gran dominio del color y un trazo limpio y sintético. Pero contiene elementos suficientes que nos permiten interpretar cuales pudieron ser las intenciones del autor al realizarla.
A este respecto es muy reveladora la composición del cartel, pues sobre el fondo de una escena de traineras en competición, en la que la tripulación más adelantada lleva los colores de nuestro equipo, sitúa como motivo central de la misma una boya/baliza flotante, con la bandera de Pedreña ondeando sobre la mar y sobre la línea del horizonte. Debajo de todo ello, figura en primer término la leyenda "PEDREÑA, SOCIEDAD DEPORTIVA DE REMO", en grandes letras mayúsculas.
Con esta escenografía da la impresión que el autor pretendió que la bandera de nuestro club fuese el objetivo principal de la mirada del observador, otorgando así la máxima importancia a lo que tal símbolo representaba y expresando también la gran admiración y respeto que debía sentir por nuestro equipo, en el momento de la elaboración del cuadro.
Es muy personal la forma en la que Luis Polo del Campo rediseña la bandera de la SDR Pedreña y la manera en que presenta el nombre del club. En la bandera oscurece el color azul original e introduce elementos nuevos, como el medallón con haz de remos y la línea dorada que perfila la cruz central. Buscando tal vez realzar este símbolo con una apariencia más aristocrática, de aire germánico, tan en boga en los escenarios deportivos europeos de entonces. Igualmente llama la atención como invierte el orden de las palabras que dan nombre al equipo en la leyenda del cartel. Poniendo primero el del pueblo y después el resto. Quizás intentando aportar con esta nueva construcción algo de modernidad y cosmopolitismo a un club tan modesto y tradicional como el nuestro, por aquellos años.
Estos pequeños detalles ponen de manifiesto las preferencias del autor, que no son casuales, pues aparecen en otros carteles, realizados sobre el mismo tema. Así, en el titulado "Verano del 46" (1) puede verse como en la relación de banderas que ondean sobre el cabo de un balandro, coloca en uno de los lugares más altos el símbolo de Pedreña. Quedando tan sólo por debajo de la enseña nacional y de la del Real Club Marítimo de Santander (organizador de las regatas). Además, el tratamiento de las diferentes banderas parece intencionado, pues su interés se centra únicamente en la enseña de Pedreña, a la que vuelve a representar con la imagen reinterpretada por él en 1944, mientras que en las demás no interviene, dibujándolas tal cual eran, con sus formas y colores originales.
Pero existen más ejemplos, como el cartel que realiza en 1947, titulado "Santander regatas de remo y vela" (2) o la ilustración que hizo en 1935 para un libro de poemas de Ana María Cagigal Casanueva (3). En ambos casos, ya sea en primer término o como fondo de la composición, la trainera más destacada siempre luce los colores de Pedreña.
No hay duda de cuáles eran sus sentimientos hacia nuestro equipo.
Las obras más emblemáticas de Luis Polo del Campo se encuentran depositadas en el Museo de Bellas Artes de Santander. Otras forman parte de colecciones privadas y el resto están repartidas entre sus hijos, a los que legó también su afición por la pintura.
El cartel de 1944 parece que acompañó al artista en su domicilio santanderino hasta su fallecimiento. Después cruzó la bahía por voluntad de su hija, Carmen Polo Sobrón, que lo trasladó a su casa del Bº de la Portilla, de Pedreña, donde se encuentra en la actualidad. A su juicio "es en nuestro pueblo donde el cuadro adquiere su máximo significado".
Sirvan estas líneas para mostrar mi agradecimiento público hacia Carmen y hacia sus hermanos Luis y María Teresa, por su generosidad y las facilidades dadas para la elaboración de este comentario.
Este agradecimiento quiero hacerlo extensivo también a Bruno Caloca Polo, nieto del pintor y a su amigo Emilio Sánchez Mediavilla (editorial "Libros del KO"), fieles seguidores de nuestro equipo, por su complicidad en el proceso que ha permitido el "descubrimiento" de esta obra a muchos aficionados pedreñeros.
Ojalá que en un futuro no muy lejano este cartel de Luis Polo del Campo o su reproducción, pueda ser contemplado en la sala de trofeos del pabellón municipal de remo de Pedreña, para satisfacción y orgullo de todos sus socios y simpatizantes. En ese lugar, el más noble de nuestras instalaciones, junto a las banderas conseguidas por nuestro club a lo largo de la historia, podríamos rendir homenaje a este artista cántabro en el que parece que siempre latió un corazón pedreñero.
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"Pedreña Sociedad Deportiva de Remo". CARTEL COL. MAICA POLO. |
Está fechada en 1944, año en que comienzan a tener mucha repercusión los triunfos de la Sociedad Deportiva de Remo Pedreña, con su victoria en el primer Campeonato de España de traineras.
Esta obra parece que hubiera sido concebida como un divertimento personal, pues elaborada con la técnica de un cartel de regatas, no consta que hubiera sido presentada a ningún concurso, ni tampoco que hubiera sido encargada.
Su estado de conservación es bueno, pero las dimensiones actuales del cartel (0,49 m. x 0,46 m.) no coinciden con su tamaño original. Por distintos imponderables se perdió la parte inferior del mismo (unos 0,20 m.) donde figuraban varias frases más, se supone que alusivas al acontecimiento que se pretendía anunciar con él. Sin embargo, ninguna de estas circunstancias reduce el valor sentimental que atesora para los seguidores de la SDR Pedreña.
La obra es muy sencilla y está realizada sobre papel, utilizando la técnica del gouache, con gran dominio del color y un trazo limpio y sintético. Pero contiene elementos suficientes que nos permiten interpretar cuales pudieron ser las intenciones del autor al realizarla.
A este respecto es muy reveladora la composición del cartel, pues sobre el fondo de una escena de traineras en competición, en la que la tripulación más adelantada lleva los colores de nuestro equipo, sitúa como motivo central de la misma una boya/baliza flotante, con la bandera de Pedreña ondeando sobre la mar y sobre la línea del horizonte. Debajo de todo ello, figura en primer término la leyenda "PEDREÑA, SOCIEDAD DEPORTIVA DE REMO", en grandes letras mayúsculas.
Con esta escenografía da la impresión que el autor pretendió que la bandera de nuestro club fuese el objetivo principal de la mirada del observador, otorgando así la máxima importancia a lo que tal símbolo representaba y expresando también la gran admiración y respeto que debía sentir por nuestro equipo, en el momento de la elaboración del cuadro.
Es muy personal la forma en la que Luis Polo del Campo rediseña la bandera de la SDR Pedreña y la manera en que presenta el nombre del club. En la bandera oscurece el color azul original e introduce elementos nuevos, como el medallón con haz de remos y la línea dorada que perfila la cruz central. Buscando tal vez realzar este símbolo con una apariencia más aristocrática, de aire germánico, tan en boga en los escenarios deportivos europeos de entonces. Igualmente llama la atención como invierte el orden de las palabras que dan nombre al equipo en la leyenda del cartel. Poniendo primero el del pueblo y después el resto. Quizás intentando aportar con esta nueva construcción algo de modernidad y cosmopolitismo a un club tan modesto y tradicional como el nuestro, por aquellos años.
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2. 3. |
Pero existen más ejemplos, como el cartel que realiza en 1947, titulado "Santander regatas de remo y vela" (2) o la ilustración que hizo en 1935 para un libro de poemas de Ana María Cagigal Casanueva (3). En ambos casos, ya sea en primer término o como fondo de la composición, la trainera más destacada siempre luce los colores de Pedreña.
No hay duda de cuáles eran sus sentimientos hacia nuestro equipo.
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Luis Polo del Campo. FOTO ÁNGEL DE LA HOZ. COL. MAICA POLO. |
Las obras más emblemáticas de Luis Polo del Campo se encuentran depositadas en el Museo de Bellas Artes de Santander. Otras forman parte de colecciones privadas y el resto están repartidas entre sus hijos, a los que legó también su afición por la pintura.
El cartel de 1944 parece que acompañó al artista en su domicilio santanderino hasta su fallecimiento. Después cruzó la bahía por voluntad de su hija, Carmen Polo Sobrón, que lo trasladó a su casa del Bº de la Portilla, de Pedreña, donde se encuentra en la actualidad. A su juicio "es en nuestro pueblo donde el cuadro adquiere su máximo significado".
Sirvan estas líneas para mostrar mi agradecimiento público hacia Carmen y hacia sus hermanos Luis y María Teresa, por su generosidad y las facilidades dadas para la elaboración de este comentario.
Este agradecimiento quiero hacerlo extensivo también a Bruno Caloca Polo, nieto del pintor y a su amigo Emilio Sánchez Mediavilla (editorial "Libros del KO"), fieles seguidores de nuestro equipo, por su complicidad en el proceso que ha permitido el "descubrimiento" de esta obra a muchos aficionados pedreñeros.
Ojalá que en un futuro no muy lejano este cartel de Luis Polo del Campo o su reproducción, pueda ser contemplado en la sala de trofeos del pabellón municipal de remo de Pedreña, para satisfacción y orgullo de todos sus socios y simpatizantes. En ese lugar, el más noble de nuestras instalaciones, junto a las banderas conseguidas por nuestro club a lo largo de la historia, podríamos rendir homenaje a este artista cántabro en el que parece que siempre latió un corazón pedreñero.
J.M.G.B._2019.